El trabajo doméstico salva vidas

Mariana Jiménez Huerta
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Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, la migración puede definirse de diferentes formas. La definición más aceptada en la actualidad indica que la migración es el cambio de residencia que implica un traspaso de algún límite geográfico o administrativo debidamente definido. Si el límite que se cruza es de carácter internacional la migración pasa denominarse migración internacional, como es el caso de migrantes provenientes de Centroamérica, cuyo destino principal es Estados Unidos, sin embargo, utilizan a nuestro país como cruce para su objetivo.

Hasta el año 2020, los principales países centroamericanos en migrar hacia Estados Unidos eran El Salvador, Honduras y Guatemala, todos con un rango de edad con mayor probabilidad de migrar de entre los 15 a 29 años, tanto en hombres como en mujeres.

La principal causa de migración de estos países centroamericanos radica en el bajo nivel de ingresos que pueden recibir en su país, así como las nulas oportunidades de obtener un buen empleo. La mayor parte de personas que migran hacia Estados Unidos lo realizan de formas peligrosas, no sólo por los medios de transporte utilizados sino por cuestiones sociales encaminas a la violencia, como robo, secuestro, trata de personas, violencia generada por el narcotráfico, entre otros aspectos.

Aunado a ello, las condiciones alimenticias no son las óptimas para llevar a cabo el cruce por nuestro país, lo que genera que las y los migrantes pasen días, incluso semanas sin consumir alimento o líquido alguno, trayendo consigo mayores consecuencias a su salud.

En 1995, un grupo de mujeres voluntarias de la comunidad de La Patrona, localidad de Guadalupe, La Patrona en el municipio de Amatlán de los Reyes, Veracruz iniciaron un proyecto de ayuda humanitaria al migrante que pasa por el estado de Veracruz, específicamente a aquellas y aquellos que cruzan a través del tren conocido como La Bestia.

Este grupo voluntarias se encuentra liderado por Leonila Vázquez y su hija Norma, quienes en el mes de febrero de 1995 dieron comida por primera vez a un grupo de migrantes que se los pidieron, y ellas sin tener conciencia de quienes eran estas personas ni porque se encontraban ahí, accedieron a darles lo pedido. Fue así que un día, el tren de La Bestia se detuvo en la estación de su localidad para que se dieran cuenta que miles de migrantes utilizaban dicho tren para poder llegar a Estados Unidos y cumplir el “sueño americano”.

Las Patronas son un grupo de 14 mujeres que día a día organizan su vida personal para preparar kilos de arroz, frijol, atún, soya, para posteriormente poder empacarlo y transportarlo hasta las vías del tren, para que el momento que éste pase por ahí y sin detenerse ellas pueden proveer de alimentos y agua los migrantes.

Las actividades que realizan no son exclusivamente de ayuda del migrante pues varias de ellas también se dedican a la recolección de café, para así tener un sustento económico propio, pues la ayuda que brindan es completamente voluntaria. Asimismo, en ciertas ocasiones también realizan la venta de comida u otros productos para tener dinero y poder reinvertirlo en suministros necesarios para la preparación de los alimentos, ya que no cuentan con ningún tipo de ayuda gubernamental para solventar estos gastos.

La historia personal de cada una de las Patronas trae consigo una profunda admiración hacia el trabajo que realizan, pues algunas han sufrido violencia intrafamiliar o pérdida de algún miembro de su familia en condiciones desafortunadas y pese a ello realizan su labor de forma ferviente, empática y completamente desinteresada. Ellas señalan que se sienten gustosas de poder ayudar a los migrantes, aunque sea en un pequeño tramo de su recorrido.

La vida y obra de las Patronas no puede -ni debe- describirse unas cuantas líneas y el agradecimiento de esos miles de migrantes tampoco puede expresarse ni por un tercero ni en unas cuantas palabras, sin duda su trabajo es un gran ejemplo de empatía y perseverancia, pues ya por 27 años lo han llevado a cabo.

Les han realizado diversos documentales y artículos que retratan su obra, sin embargo uno de los que considero retratan de mejor forma su historia es el documental llamado “Llévate mis amores” del año 2014 y dirigido por Arturo González Villaseñor, en el nos muestra el rostro e historia de cada una de las integrantes de las Patronas, quienes a través de la comida muestran su empatía, amor y solidaridad. Las mujeres una vez más, demostrando que del trabajo doméstico salva vidas.

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