Ojo; el machismo también daña a quien lo ejerce, no importa qué género lea esto

Alejandra Romero Trejo
Licenciada en Derecho y Maestra en Marketing Político.
TW: @aleromte14

El pasado 11 de marzo de 2021, también en el marco del Día Internacional de la mujer escribí para Desde Mujeres “México machista”, otra entrada publicada en este blog que necesito recordarles para poder explicar desde el fondo de mi sentir por qué el machismo daña también a quien lo ejerce, sin importar qué género este leyendo esto, esa entrada decía en resumen lo siguiente:  

[…] Así es la vida de una mujer en México, un país que se encuentra dentro de las listas de países más machistas del mundo y en donde 7 de cada 10 mujeres de más de 15 años han experimentado algún tipo de violencia o abuso alguna vez en su vida (INEGI, 2016), de hecho en el marco del día internacional de la mujer, cuando ellas volvieron a casa después de haber estado en las calles exigiendo la igualdad de nuestros derechos, ya las esperaba el machismo en sus hogares, en el trabajo, en las escuelas, con sus amistades, diciéndoles que en el discurso está bien ser fuertes, ejercer poder sobre nuestros cuerpos y tomar decisiones propias sin estar influenciadas por estereotipos del “cómo se deben hacer las cosas”, siempre y cuando sea eso, solo discurso.

[…] Qué difícil es hablar de igualdad cuando todo nuestro sistema de vida está basado en estereotipos, qué difícil es construir igualdad sobre cimientos de desigualdad, violencia y opresión, y es que el reconocimiento de la igualdad de derechos no significa nada cuando en la vida cotidiana se sigue clasificando y cosificando a las mujeres por sus conductas o por sus decisiones personales que poco o nada tienen que ver con sus capacidades profesionales, en ese contexto, en la lucha por el reconocimiento de derechos civiles y políticos, el papel del machismo ha dado como resultado que no exista un verdadero estado de intercambio de roles y lugares.

Al contrario, aún existe una jerarquización cultural y social de las características masculinas en detrimento de las femeninas y cuando se rompe con los estereotipos incomodas, ¿alguna vez te ha dado miedo o has evitado tomar decisiones diferentes porque sabes que en el núcleo familiar o incluso entre tus amistades vas a escuchar la famosa frase “así no es como se hacen las cosas” o “esas no son las formas”?

Ese es el México machista, el México que prefiere mujeres oprimidas a mujeres libres”.

En ese entonces, había tenido una diferencia ideológica con un familiar que me hizo reflexionar sobre la brecha entre el discurso y la realidad en cuanto a derechos de mujeres, adolescentes y niñas tanto en lo profesional como en el interior de los hogares. Me sentí muy ofendida al comprobar que en mi propio entorno existía aún una generación que no pugnaba por nuestros derechos, no los comprendían tampoco, al contrario, les parecían ofensivos, por eso escribí “México Machista”.

Ese familiar era mi abuelo, murió el pasado 5 de febrero de 2022, hace poco más de un mes, pueden saberlo, deben saberlo, el machismo lo mató. Las mujeres en su entorno nos volvimos tan poderosas, tan autosuficientes en la toma de decisiones que, en el momento en que se dio cuenta de que ya no tenía la autoridad para perpetuar el naturalmente aceptado patriarcado, la ira que lo invadió fue de tal magnitud que su corazón no pudo seguir latiendo.

El machismo impidió a mi abuelo reconocer que con su empuje hizo de nosotras mujeres fuertes, independientes, libres y poderosas, y en lugar de gozar de nuestra mano de ese poder que nos ayudó sin darse cuenta a conseguir, su formación personal, su crianza generacional con profundo machismo, lo llevó a morir, no pudo concebir un mundo donde la toma de decisiones se hiciese de manera conjunta, no se percató que solo así se accede a mejores condiciones de vida y no logró hacerlo porque fue víctima y victimario de ese México Machista que les describí.

Nuevamente en el marco del Día Internacional de la Mujer mi propósito es que reflexionemos a través de mi dolor personal, que, para construir un mejor México, debemos construir primero mejores generaciones, sin pensamientos cerrados y con apertura, destruir las creencias de los roles de género que a su vez nos destruyen a nosotros y, lo acaban de leer, matan también.

Aunque me duele en lo profundo del alma su pérdida, y reconozco en él a un hombre trabajador, responsable, valiente, que sacó adelante a su familia y empoderó sin darse cuenta a sus hijas y nietas, y nunca negó las oportunidades de educación sino que las ofreció a manos llenas y nos hizo a todas y todos en su hogar personas de trabajo, personas de bien; deseo por el bien de las futuras generaciones, que quienes seguimos en este mundo luchemos porque el defecto generacional del machismo que lo mató, no vuelva a existir jamás.

Deconstruyamos México.

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