Crear nuestros propios estándares

María Lucía Jaimes Bohórquez, Mg. en Gobierno y Gestión Pública en América Latina @MariaJaimesB

Hemos escuchado mucho las expresiones: “romper los techos de cristal” y “combatir el síndrome del impostor” para motivarnos a dar lo mejor de nosotras en nuestra vida profesional a diario. En nuestras acciones como mujeres nos enfocamos en sobresalir pero, a veces, en ese intento por dejar los lugares comunes encontramos que estamos cambiando unos estándares por otros.

Parece que una mujer exitosa y empoderada debe ser, verse, actuar y decidir de una forma determinada o no son válidos sus logros. Parece que la fórmula mágica para destacarse en el ámbito profesional está hecha con los mismos ingredientes de estructuras que queremos que terminen. También se cuestionan los deseos de metas personales y seguimos mirando a otras mujeres no solo para admirarlas o aplaudirlas sino, inconscientemente, para compararnos cuando, en efecto, no hay camino que pueda ser remotamente similar. Cada día al despertar tomamos decisiones tan simples como tomar café o té y eso ya nos hace incomparables.

Ahora, ¿Cómo encontrar el camino propio? ¿Cuál es nuestro lugar? ¿Cómo equilibrar la vida personal con la profesional? Si, es un problema de género porque mientras el mundo gira nosotras tratamos de resolver estas preguntas y lidiamos con el sentimiento de ‘no ser suficientes’ a nivel personal y profesional, aunque demos el 300%.

Escribiendo encontré esta frase que me parece que ejemplifica de manera perfecta mi idea:

«Always be a first-rate version of yourself, instead of a second-rate version of somebody else.» —Judy Garland

En el último mes participando en talleres de género enfocados en política he podido corroborar esto al escuchar a muchas mujeres que han trabajado por la comunidad sentir que han pasado desapercibidas y que, aunque se ven a sí mismas como multitaskers tiempo completo – mamás, lideresas, esposas, hijas, trabajadoras, mujeres-, y son respetadas en sus comunidades, sienten que en el momento de las elecciones, nada de eso es suficiente, y que su trabajo será únicamente valorado para cumplir con la cuota de género legal.

En Colombia se vienen elecciones que, en teoría, serán paritarias. Pero, una ley no es garantía de romper esquemas, hay que buscar el cumplimiento de derechos desde la base, la participación completa. La reflexión va para todos los escenarios: político, personal, profesional, ¿cuál queremos que sea nuestro lugar como mujeres? ¿Cómo encontrar nuestra voz y no dejar que gane el autosabotaje? ¿Cómo crear esa ‘versión de primera’ de nosotras mismas y enfocarnos en nuestros propios estándares?

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