
En días pasados se viralizó un video donde representantes de una organización civil se manifestaban en el zócalo, exigiendo la destitución de un Juez por el otorgamiento de suspensiones derivadas de la promoción de juicios de amparo contra el decreto de reforma a la Ley de la Industria Eléctrica impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador. La viralización se dio precisamente por las opiniones negativas hacía la exigencia de los ciudadanos, llamándolos “ignorantes” y cuestionando que; ¿Cómo era posible que exigieran algo que evidentemente no conocían?
De primer momento, mi opinión al respecto fue en el mismo sentido, sin embargo, luego de reflexionar, llego a mi cabeza la idea de que el desconocimiento de las leyes, procedimientos, funcionamiento de instituciones, acceso a la justicia, división de poderes, entre otras más, impera en nuestra sociedad. Motivo por el cual justifique los comentarios emitidos por los ciudadanos, sin que esto significara apoyar su discurso, pero siendo lo suficientemente empática para dejar de juzgarlos.
Y si todos nos ponemos a reflexionar, ¿Qué porcentaje de la población tiene acceso al conocimiento de las leyes que nos rigen, y el cómo funciona nuestro sistema legal?, entonces ¿Qué seguridad tienen los ciudadanos sobre el cumplimiento y correcta aplicación de las normas por parte del Estado?
Hay varias razones por las cuales nos debemos ocupar de las percepciones ciudadanas sobre la ley y el sistema legal.[1] Citando la opinión de Tom R. Tyler:
-Por razones políticas: Un sistema legal difícilmente será considerado democrático si sus procedimientos y operaciones se contraponen en alto grado con los valores, preferencias o deseos de los ciudadanos por un largo periodo de tiempo. De ahí que todo tipo de sociedades tienen la necesidad de crear y mantener un clima de legitimidad en el ámbito legal. [2]
-Por razones legales: La insatisfacción y desconfianza hacia el sistema legal y judicial aumenta la probabilidad de desobediencia a la ley.
-Por razones de política pública: La insatisfacción con el sistema legal aumenta el apoyo público a que los ciudadanos tomen la ley en sus manos. [3]
Cultura de Legalidad en México
La cultura de la legalidad desempeña un papel fundamental dentro de las relaciones sociales de la sociedad, pero ¿Qué debemos entender por Cultura de Legalidad?, seguramente desde que se menciona este concepto, se interpreta como complejo. Y ese es el mayor problema de la difusión de información respecto a las normas y funcionamiento de nuestro sistema legal, que se asume que la población interpretará de la misma forma de quien emite o difunde. Simplificando el termino, se entiende por cultura de legalidad; “lo que las personas piensan acerca de la ley, los abogados y el sistema legal, lo que significa, las ideas, actitudes, opiniones y expectativas en referencia al sistema legal”.[4] En este sentido, existen ciertas funciones de la cultura de la legalidad dentro de una sociedad democrática. Al promover el conocimiento de las disposiciones jurídicas entre la sociedad, no sólo se mantendrá la estabilidad social, sino también se influirá en un carácter de eficiencia en las normas y su aplicación; todo ello en la medida en que se satisfagan las siguientes condiciones: [5]
I. Que el derecho sea producto del consenso; mientras más sectores y personas participen en su creación, aplicación e interpretación, más fácil resultará hacerlo valer.
II. Que la ley se aplique de forma equitativa. Esto significa que el derecho se aplique de forma igualitaria y universal para todos los ciudadanos, sin importar rasgo particular alguno.
III. Que el derecho sea accesible para el mayor número de personas y que, en efecto, existan los dispositivos jurídicos para hacer valor los derechos que el gobierno se ha comprometido a garantizar. [6]
Por tanto, resulta necesario insistir en las acciones para promover una cultura de la legalidad cuyo propósito sea que el ciudadano conozca los ordenamientos que rigen a nuestra sociedad, que sepa como funcionan las instituciones y la manera en que puede acudir a ellas, que entienda el sistema legal que le da acceso a la protección y exigibilidad de sus derechos, y aun más importante; que tenga la certeza de que existen los medios por los cuales se puede acceder a la justicia cuando sus derechos hayan sido violentados.
[1] Flores, J. I. (2017). Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM. Obtenido de Biblio Juridicas UNAM: https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/9/4321/14.pdf
[2] Flores, J. I. (2017). Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM. Obtenido de Biblio Juridicas UNAM: https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/9/4321/14.pdf
[3] Tyler, T. R. (1997). American Journal of Comparative Law.
[4] Friedman, L. M. (1996). Legal Culture and the Legal Profession. Westview Press.
[5] Ortiz, J. A. (2016). Cultura de la Legalidad y Derechos Humanos. Comisión Nacional de los Derechos Humanos .
[6] (Labeaga)