DESDE MUJERES

Me frustra que la pura existencia de las mujeres les enoje, les estrese, les sature.
O que por el contrario les excite,

lo fetichicen.
Y  lo vean con ojos que generan, marcas, huellas y cicatrices.
Es cómo si me tocaran sin palparme siquiera.

¿Por qué no puedo vivir en paz sin ser molestada o refutada?
Siempre que me expreso, tienes algo que corregir o comentar.
¿No puedo simplemente hablar?
¿Por qué siempre tengo que parecer  algo que quieras ver?

Algo bonito,
Algo callado,
Algo visualmente atractivo,
Algo que quieras halagar,
Oh, disculpa, se que no puedo gritar.
No puedo molestarme, no puedo reaccionar.

¿Por qué los hombres esperan que me ilusione con un cumplido reciclado que pasó de oportunidad en oportunidad?
¿Por qué me siento asustada de un «no» dar?
Es como si fuera algo vicioso.

No comprendo, ¿por qué me ven?
¿Por qué me buscan?
¿Por qué me siguen?
No de una manera halagadora,
No en la forma que ilusiona,
Me asfixian.
Me sofocan.
Quisiera ser invisible para aquellos que me ven y me buscan siempre esperando otra cosa.

¿Por qué no puedo existir y ya?
¿Por qué tengo que sacrificar vestirme como quiero porque sé que me van a mirar?
¿Por qué me importa? ¿Por qué me sigue exasperando?
¿Por qué aunque me oculto, aunque ignoro y no quiero, me siguen alcanzando?

A veces pareciera que debo camuflar que soy mujer para sentirme igual.
¿Es ese el significado de equidad?
Claro, hay propuestas de paridad,
Pero es tan violentamente obvio que no quieren que ocupemos el lugar.

A veces sacrifico mi sensibilidad.
Para no sentirme menos.
Evitando mostrarme vulnerable,
Para que mi feminidad no me robe oportunidades,
Para que mis compañeros me traten como igual.
Y si el precio de la integración es actuar indiferente a comentarios machistas y denigrantes que gritan expulsión, ¿eso es inclusión?

Sin embargo, la realidad es otra.
Soy cómodamente incómoda.
Si mi definición de mujer les abruma,
¿Es mi culpa?
Si mis palabras les incomodan,
¿Realmente me importa?

Pero sigue afligiéndome el saber que aún después de todo,
Sigo sin ser completamente incluida.
Falsa bruma púrpura que asfixia.
Y que haga lo que haga,
Sea cómo sea,
Con pantalón,
Con un vestido color menta,
Me seguirán viendo así,
Me seguirán viendo igual.

A pesar de todo lo que hay en mí para aportar.
Omitiendo lo que quiero y lo que soy.
Mis deseos.
Mis convicciones.
Mis puntos de opinión.

 Y honestamente, me deprime.
¿Cuándo incluirán y respetarán lo que comprende ser mujer?
No lo que pueden tolerar.
No lo que quieren ver.
No de lo que se burlan.
No lo que quieren que logremos esconder.
No lo que les genera algún tipo de interés.
Sino simplemente lo que es ser mujer.