
Co Fundadora de En Clave de Paz
«El aborto es parte integral de la evolución en la naturaleza y la
historia humana. Esto no es un argumento ni a favor o en contra,
sino un hecho innegable. No hay pueblo, ni época donde el
aborto no fuera practicado legal o ilegalmente. El aborto está
completamente ligado a la existencia humana..”.
Simone de Beauvoir
Una de las causas que impulsan mi activismo ha sido defender, el derecho de las mujeres a su libertad reproductiva y la maternidad voluntaria. He aprendido de grandes colegas y estoy convencida que siempre podemos confiar en nuestras decisiones sin tutela alguna.
Los derechos sexuales y reproductivos son los derechos más humanos de todos los derechos porque están íntimamente relacionados con el cuerpo que es el primer espacio de libertad. Éstos son frecuentemente restringidos por prejuicios y estereotipos que se infiltran en leyes y normas limitando, condicionando y violentando los derechos de las mujeres y personas gestantes.
Hablar de aborto, siempre es un tema controversial porque hay grupos e instituciones conservadoras, que han generado una narrativa patriarcal sobre la libertad reproductiva. No es un tema de derechas o izquierdas, es un asunto de salud pública y libertades, el cual va más allá del falso debate de ser o no próvida.
La historia nos ha dado la razón, desde los movimientos feministas hemos levantado la voz y trabajado por una demanda legítima: el derecho de las mujeres a decidir sobre nuestros cuerpos. Es un reconocimiento social de nuestra autonomía, independencia, razón y capacidad de actuar.
En palabras de Ana María Martínez de la Escalera:
“…la cuestión del derecho al cuerpo. Ese cuerpo del que ellas quieren reapropiarse
parece aguardar por las políticas de equidad, después de siglos en que les fuera
expropiado y administrado, intercambiado y sujeto mediante las prácticas
reguladas del Estado, de la familia y de la iglesia católica- quizá incluso con la
colaboración desde su propio imaginario” (Martínez de la Escalera, 2013).
Las mujeres vivimos en instituciones y estructuras discursivas que no solo dan sentido a grupos, sociedades y cultura, sino que han normado nuestros cuerpos con principios jerárquicos, asimétricos y androcéntricos. Que generan desigualdad, rezago y discriminación.
Asumir el aborto en la agenda pública, va más allá de la pregunta trivial si estás a favor o en contra del aborto, es avanzar en la progresividad de los derechos de las mujeres y las personas gestantes en marcos de derechos y políticas públicas donde todos los poderes tienen una corresponsabilidad para su garantía.
En México, el inicio de la lucha a favor del aborto comenzó en 1936, durante la Convención de la Unificación del Código Penal. En este espacio, la doctora Ofelia Domínguez, hizo hincapié en el carácter punitivo de las leyes que penalizaban el aborto. Enfatizó que debía tratarse como un tema de salud pública y no como una cuestión penal
Los avances en esta materia han sido lentos; hay que aclarar que, desde hace años, en todo el país, el aborto es legal por la causal de violación y la NOM-046-SSA2-2005 acompaña a las mujeres.
Sin embargo, hubo un cambio de paradigma en 2007 con las reformas al Código Penal y la Ley de Salud del Distrito Federal. Estas transformaciones modificaron el concepto de aborto, introdujeron la objeción de consciencia y despenalizaron la práctica hasta la decimosegunda semana de gestación.
Después de 17 años, sabemos, como movimiento feminista, que el camino de la libertad reproductiva abraza la maternidad voluntaria en consonancia con las obligaciones en materia de derechos humanos. Las normas restrictivas orillan a las mujeres a prácticas que pueden ser peligrosas donde corre riesgo su salud y su vida.
El programa de interrupción legal del aborto es una política pública beneficiando a más de 273 mil mujeres que han interrumpido su embarazo de manera segura. Esto demuestra que el acceso al aborto es un tema de justicia social y de respeto a la libertad de las mujeres. Sin este marco básico, el ejercicio de sus derechos políticos, sociales, sexuales y reproductivos para la igualdad sustantiva, no podría ser posible.
Desde el 2007, el aborto se ha despenalizado parcialmente en varios estados de acuerdo con datos del Grupo de Información Elegida (GIRE), este proceso ha ocurrido en el siguiente orden: Ciudad de México (24/04/2007), Oaxaca (25/09/2019), Hidalgo (30/06/2021), Veracruz (20/07/20201), Coahuila (07/09/2021), Baja California (29/10/2021), Colima (01/12/2021), Sinaloa (08/03/2021), Guerrero (17/05/2022), Baja California Sur (02/06/2022), Quintana Roo (26/10/2022), Aguascalientes (31/08/2023), Jalisco (25/04/24) y Chihuahua (27/05/2024).
Es importante destacar la labor que han hecho colectivas y organizaciones feministas que a través del litigios estratégicos, lograron despenalizar el aborto a nivel federal y que se considerara como un servicio de salud.
Asimismo, a través de la vía judicial, se obliga al poder legislativo en Jalisco y Chihuahua a crear marcos normativos que no penalicen y/o criminalicen el aborto, buscando salvaguardar la autonomía individual conforme a los estándares de derechos humanos.
Decidir es un acto poderoso en cualquier esfera, en este caso nos reconoce como ciudadana y nuestra valía como personas. Para avanzar hacia una sociedad más más justa e igualitaria, las mujeres y personas gestantes, debemos poder ejercer plenamente nuestros derechos a decidir sobre nuestros cuerpos y proyectos de vida.
Fuentes:
Enríquez, Lourdes y Anda de, Claudia (Coord). Despenalización de aborto en la ciudad de México: argumentos para la reflexión, UNAM, México, 2009.
Figueroa, Juan Guillermo. Elementos para un análisis ético de la reproducción. UNAM-Porrúa, México, 2001.
Lamas, Marta. Política y reproducción aborto: la frontera del derecho a decidir. Plaza Janés, México, 2001.
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