DESDE MUJERES

  • Publicaciones
  • ¡Únete!
  • Dona
  • Contacto

Machismo… ¿qué encontramos a su alrededor?

1 junio, 2023

Miriam Reyes Grajales es publirrelacionista y Maestra en Políticas Públicas y Género

Twitter: @MiriaamRs_
Facebook: Miriam Reyes

De acuerdo con un artículo publicado recientemente por parte de El País, se determinó que “En México, en promedio son víctimas de feminicidios 10 mujeres al día”; “251.159 mujeres sufrieron violencia familiar en sus hogares” y “En más del 50% de los casos, este tipo de delitos son cometidos por la pareja sentimental, el marido o el novio de la víctima”[1]. Ante estos datos alarmantes no solo debemos cuestionarnos qué seguimiento se dio a los casos, sino que debemos comenzar por el inicio: ¿qué origina la violencia, la misoginia y el ejercicio del poder desequilibrado entre hombres y mujeres?

Bajo ese contexto, me pareció bastante interesante abordar el machismo como un tema central para el análisis de un modelo social en el que este último, entendido como resistencia se ha visto impregnado en nuestra cultura; sobre todo, abordándolo desde el caso mexicano y, en particular para el presente texto, en el actuar de los hombres. El machismo ha sido un detonador significativo la violencia contra las mujeres se expresa de distintas maneras y en múltiples grados, por lo tanto, es urgente que tomemos cartas en el asunto.

A través de la reflexión personal he tenido muy presente que hablar sobre machismo, sin duda alguna, exige un análisis exhaustivo de quiénes lo ejercen, cómo lo ejercen y para qué lo ejercen; y para ello, es indispensable entender los prejuicios, culturas, creencias, ideologías, y demás particularidades que enmarcan nuestra sociedad y que se encuentran en un cambio constante por causas tan diversas como la modernización e, incluso, la adopción de prácticas extranjeras que, en su mayoría, son propagadas a través de medios de comunicación, series de televisión, películas, publicidad, entre otros.

De esta manera, me parece muy importante reconocer que, si bien es cierto el movimiento feminista ha hecho un trabajo impresionante por visibilizar los efectos negativos del machismo, así como innumerables posibilidades para poder revertirlos, también es innegable que, al menos en nuestro país, las mujeres seguimos siendo objeto de múltiples violaciones por muy sutiles que puedan ser catalogadas.

Y es que justamente esa sutileza es la que nos debe causar mayor preocupación. Pongamos en primer lugar los micromachismos (forma instaurada de violencia de género que incluye estrategias, gestos y actos […] que son sutiles, casi imperceptibles, pero que se perpetúan y transmiten constantemente)[2], ya que el hecho de que sean comprendidos como “micro” o “pequeños” no significa que sus consecuencias también lo sean. De hecho, nuestra sociedad se encuentra plagada de ellos, por decir algunos, la idea de que las mujeres no somos capaces o que tenemos menos habilidades para desempeñarnos en ámbitos como la economía, ciencias o ingeniería; que no se escuchen nuestras opiniones; que se pongan en duda nuestras propuestas, etc.

Todo esto se debe a que el machismo ha acuñado a través de generaciones, innumerables creencias que aunque no lo parezca limitan no solo el actuar de las mujeres, sino también de los hombres; cabe señalar que desde el enfoque de la cultura machista, la masculinidad es susceptible de una reafirmación constantemente mediante distintas prácticas, que pueden ir desde el hablar fuerte, no demostrar el amor, el miedo a la ternura, pero sí el enojo y las inconformidades, la virilidad, un amplio deseo sexual y/o relaciones poliamorosas, entre otras cuestiones que, en la medida en que más se pongan de manifiesto en el comportamiento, mayor será la percepción social respecto a su grado de “hombría”.

Sin embargo, con el paso del tiempo hemos transitado y continuamos transitando hacia un modelo social cada vez más moderno, abierto y flexible, en el que las etiquetas y prototipos sobre cómo es “correcto” comportarse, han pasado a un debate bastante interesante, aunque complejo a la vez, debido a que aún existen muchas perspectivas que se rehúsan a aceptar este cambio más diverso y autónomo.

Al respecto, retomo la emblemática frase de Simone de Beauvoir; “No se nace mujer, se llega a serlo»,y es que esta frase representa justamente esa disparidad entre “cómo se es” y “cómo se debe ser”, no solo para “encajar” socialmente hablando sino también para mantener el orden, las tradiciones y nuestros patrones conductuales que, por naturaleza, se resisten al cambio.

Así pues, como personas involucradas en que podamos gozar de mejores prácticas que nos permitan vivir sin limitaciones, sin críticas, sin mensajes de odio, o alguna otra conducta similar, nos podemos preguntar: ¿qué podemos hacer para erradicar este sistema estructural machista? y para dar respuesta a ello, considero podemos basarnos en una lista muy concreta:

1) Tener presente en todo momento que no existe una sola forma de ser hombre.

2) Dejar de creer en la masculinidad como una aliada de la violencia.

3) Evitar romantizar las relaciones afectivas basadas en la polaridad de los sexos.

4) Aprender sobre las nuevas masculinidades y sus efectos positivos.

5) Eliminar nuestras falsas creencias sobre la fortaleza masculina contra la femenina, así como su impacto en las relaciones dominantes.

6) Dejar atrás la normalización de la violencia como la única vía de convivencia con hombres y mujeres.

7) Conocer más sobre los roles y estereotipos de género y sus consecuencias a corto, mediano y largo plazo.

Si bien es cierto alcanzar estos objetivos puede sonar utópico, debemos partir de que cada paso que demos hacia las nuevas masculinidades y la eliminación de las prácticas machistas, indiscutiblemente, nos acercarán más a la construcción de entornos más respetuosos y, en consecuencia, libres de violencia.

¿Acaso los hombres no se sentirían más cómodos al expresarse con mayor libertad y sin miedo a ser juzgados o violentados por algún comentario o muestra de sensibilidad? Recordemos que en este círculo caemos mujeres y hombres, no únicamente ellos. Por lo tanto, la tarea debe ser asumida de manera colaborativa.


[1] https://elpais.com/mexico/2023-01-02/mexico-comienza-2023-con-el-primer-feminicidio-del-ano.html

[2] https://coordinaciongenero.unam.mx/avada_portfolio/que-son-los-micromachismos/

Compártelo:

  • Tweet
Me gusta Cargando…
Sin categoría

Posted by:

Desde Mujeres1


Previous Post
Next Post

Deja un comentario Cancelar la respuesta

Publica en nuestro blog, queremos leer tus artículos reflexiones e investigaciones. Envía tus textos a nuestro correo, blog@desdemujeres.com y nos pondremos en contacto contigo


Lee nuestras colaboraciones con:


Síguenos en nuestras redes sociales

  • X
  • Instagram
  • Facebook

Tweets by DesdeMujeres

Suscribete a nuestro newsletter.

Aviso de Privacidad

  • Facebook
  • Instagram
  • X

© DESDE MUJERES 2023, All Rights Reserved.

Hecho con ♥️ por Amaranta

 

Cargando comentarios...
 

    • Comentar
    • Rebloguear
    • Suscribirse Suscrito
      • DESDE MUJERES
      • Únete a otros 30 suscriptores
      • ¿Ya tienes una cuenta de WordPress.com? Inicia sesión.
      • DESDE MUJERES
      • Suscribirse Suscrito
      • Regístrate
      • Iniciar sesión
      • Copiar enlace corto
      • Denunciar este contenido
      • Ver la entrada en el Lector
      • Gestionar las suscripciones
      • Contraer esta barra
    %d